domingo, 6 de julio de 2008

Y ahora, señoras y señores...

El Show de Ingrid Betancourt

Uno no sale de su asombro con estos acontecimientos que cambian tan rápido. No esperaba la sorpresiva liberación de la archifamosa Ingrid, los tres mercenarios gringos y una parte de soldados y policías. Muy buena noticia que los liberaran, pero una mejor hubiese sido la liberación del hijo del Profesor Moncayo, Pablo Emilio Moncayo, sin duda alguna. Durante algunos meses, los medios amarillistas usaban una prueba de supervivencia de la famosa señora Betancourt mostrándola casi cadavérica, se regocijaban en mostrar el sufrimiento de la Sra. Yolanda Pulecio, pues a estos nuevos medios adalides de las "libertades informativas" el sufrimiento humano les importa mucho si sirve para vender periódicos o publicidad en televisión. Desde los medios amarillistas, por fortuna había algunas almas que no jugaban al macabro juego y apostaban a que su voz llegara a los secuestrados por los grupos supuestamente "revolucionarios".

Volviendo al suceso de actualidad que nos atañe, la "puesta en escena" del show, cuya duración se prevee por unas semanas más (uno nunca sabe), fue mucho mejor de lo que hacían en televisión el colombiano Jorge Barón y nuestro "Número Uno", Renny Ottolina. Sin embargo, se puede pensar y de hecho se piensa, en una "liberación trucha (tramposa)" como dirían los argentinos. Para empezar, me pregunto ¿donde está el video en el cual se certifica la entrega de los ex-rehenes?. Ya se habla, y las mismas "meteduras de pata" de la Sra. Betancourt lo confirman, de ciertos detalles nada claros, como lo del helicóptero blanco y del comandante guerrillero dejado desnudo en plena selva. No más bajarse del avión, los periodistas pagados por los medios privados "no notaron la falta" de los famosos mercenarios. Nadie preguntó por ellos: ya los habían embarcado para los Estados Unidos. Esa éra la orden.

Y cuando al fin llega la "moribunda Ingrid" la que estaba destinada a morirse allá en la selva, a no ser que Uribe renunciara o terminara su mandato, se presentó, que ni mandada a hacer, la "tabla de salvación" que sirvió para que en Colombia la gente embobada olvidara la privatización de los hospitales del Seguro Social, las escuelas, el escandalazo de la "parapolítica", las sinvergüenzuras de la parlamentaria Yidis Medina, la intromisión en territorio ecuatoriano y otros desaciertos aplaudidos por la derecha recalcitrante y sus apéndices mediáticos. Aparece, con su cara recién lavada después de un intro de soldados y policías que decían las mismas cosas para terminar recordándonos que no podía tener la dignidad de Luis Eladio Pérez, Consuelo González, Clara Rojas o Jorge Eduardo Gechen que si tuvieron las agallas de cuestionar al cuestionable hombre del Palacio de Nariño, el títere que les gusta a los gringos, según la crítica de un programa de humor.

Desdeñemos el criterio del joven hijo de Ingrid, Lorenzo, acerca de la "bella democracia" de Colombia, criterio nacido de la ingenuidad y la ignorancia a partes iguales. ¿Que dice Ingrid?. Que se le olvidó que el Parlamento era "un nido de ratas", se le olvidaron los ELENOS y los Paracos, que hay que darle las gracias a Uribe, que Chávez y Correa "ayuden" al pobre Uribe, que esta operación exitosa recuerda a los "afamados" comandos israelíes y otras sandeces, criterios nacidos de su alma de "animal político". Sabrá Dios, que límites le habrán impuesto en sus jubilosas declaraciones. Me alegra que Doña Yolanda Pulecio ya pueda descansar en paz en los años que le quedan, que las familias de las personas liberadas estén felices, con sus seres de vuelta a su vida normal de siempre... Pero la Ingrid que vuelve parece traerle al indigno títere de los gríngos la oportunidad de seguir mandando sin que él esté. Ya no hay que cuestionarlo, la Corte Suprema de Justicia colombiana no puede cuestionar la supuesta majestad del cuestionable que le toma la lección a un indigno ministro y lo hace comportarse como otro títere más.

En la noche, continua el abominable show en cadena nacional y casi que internacional, mientras los mercenarios no tenian que calarse las estulticias de los fablistanes de ocasión allá en las tierras del "Imperio Equívoco". Que divina es la privacidad, sobre todo cuando no hay cuentas que rendir. Y en la mañana del dia siguiente, Ingrid nos recuerda que también es francesa, algo a lo que podía no haber optado de haber sido un poco más nacionalista, claro. Ya le cantan loas e himnos, faltan las "manifestaciones" de Miguel Bosé, del Juanes y la Shakira declarándose Uribistas hasta la médula, cuando hace dias nadie daba un solo peso por "Alvarito". Ahora develan una placa con su foto, cerca del Sena y solo le falta cantar el himno francés de "La Marsellesa" o evocar a Doña Edith Piaf o al nunca bien ponderado Don Charles Aznavour y olvidarse de que allí mismo en Toulouse, nacería quien le dió un lugar en el mundo a la música de su poco amada Suramérica y con su muerte le dió un lugar a Colombia en el universo del tango, el "morocho" Don Carlos Gardel.

Pero bueno, esas son las miserias de estos lados del mundo pero aún más de ciertos personajes que prefiero que sigan ocultos antes que decirse que son nuestros coterráneos.

Mientras tanto ¡que viva Ingrid, que ahora es cuando hay Uribe pa' rato, carajo!.

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