lunes, 8 de enero de 2007

Hoy SI es día de celebración

Me temo que tendré hoy que llevarle la contraria al Vicepresidente Ejecutivo, Jorge Rodríguez, hijo. Aporrea recoge unas declaraciones de este funcionario, refiriéndose a la impostergable tarea de acentuar o reafirmar la Revolución Bolivariana. Sin embargo, ¡claro que hay motivos para celebrar!. Una de estas nuevas, es el regreso al Estado Venezolano de las empresas de las que se desprendió, por causa de los "calientapuestos indignos" que fueron inquilinos del Palacio de Miraflores. Pensaba celebrar que ahora los usuarios de la Banda Ancha de CANTV teníamos enlaces más rápidos, pero hay algo mejor aún que eso: la propia Compañía Anónima Nacional Teléfonos de Venezuela, privatizada en 1992 por mandato expreso del Fondo Monetario Internacional, regresa a manos del Estado Venezolano.

CANTV nació en 1930, como una compañía privada, en los tiempos del Gomecismo antinacionalista. Sin embargo, sus fundadores y primeros empleados hicieron que en pocos años su empresa fuese pionera en su categoría y adquiriera seriedad y prestigio suficiente como para prestar servicios de telecomunicaciones al Estado Venezolano. El Estado, la nacionaliza en 1950 y hace que continue el proceso de expansión iniciado en 1930. Se admite que bajo la égida del "Perezjimenismo" la empresa siguió innovando y comportándose con seriedad y credibilidad. Luego del golpe contra el General Marcos Evangelista, infortunadamente comenzó un lento y progresivo deterioro que no fue tan inmediato, gracias a la mística y honradez de algunos de sus empleados. Este deterioro comenzó con la incorporación de hombres y mujeres que pertenecían a las "roscas" del partido de gobierno (el que fuera) en posiciones gerenciales, desde la Presidencia, hasta cualquier gerencia operativa. Cada uno de esos presidentes, con su ejército de "gentes de confianza" y su mar de "jalamecates", contribuyó en mayor o menor medida a que CANTV se convirtiera en el "laboratorio de espionaje" de los indignos gobernantes que debimos soportar y en "caja chica" de oscuros intereses.

Puedo hablar con propiedad de todo esto, ya que fui empleado de la empresa y presencié su reprivatización, la cual permitieron los siempre indignos diputados copeyanos, que en un principio se opusieron y luego cambiaron "milagrosamente" de opinión, dicen que a causa de los "billetes verdes" que repartió el Consorcio que ganó la "licitación". Aunque su primer Presidente, Bruce Haddad, fue un hombre de gran sensibilidad, él no pudo impedir lo que se avecinaba en materia de injusticias sociales. Es verdad que la "nueva CANTV" hizo las inversiones e implantó las innovaciones que el Estado nunca quiso asumir, pero comenzaba una larga lucha, prácticamente finalizada hoy en dia, para reclamar salarios justos al personal jubilado de tiempo atrás. Regresó, con nuevas fuerzas el eterno "utility" de la Gerencia Privada, Gustavo Rossen quien ya traía como "referencia" en su Curriculum, el haber sido rapiñador de los dineros de los ahorristas del Banco Latino, al ser designado Presidente de su Junta Interventora.

El credo neoliberal impuso, desde la manía de establecer una "misión" y una "visión" de la compañía hasta la de reducir personal y usar contratistas con la excusa de hacer a la empresa "más pequeña y eficiente". Se llegó al crimen de eliminar el "Centro de Entrenamiento en Telecomunicaciones", un gran logro que había sido avalado por las Naciones Unidas varios años atrás. ¿Para que tener ese centro tan "costoso" si podemos llenarnos de contratistas, hasta para pensar?, podrían haber dicho los "ejecutivos" de la empresa, en un rapto de sinceridad. El contrato de "venta" de CANTV incluía cláusulas bárbaras y fuera de toda lógica: aumento cada 3 meses de las tarifas y que el Estado asumiera toda pérdida de la empresa privada. Típico de un gobierno antinacionalista, como el de Don CAP Segundo.

Hasta hace poco, tenía motivos para pensar que era un exabrupto contratar a CANTV para enlazar las sedes de la ONIDEX. Además, estaba muy próxima la amenaza de que el gran "come-empresas" mexicano, Carlos Slim, se apropiara de un buen porcentaje de acciones con las consecuencias que pueden imaginarse. Y llega el Comandante Chávez "y mandó a parar" semejante locura. Por "fortuna", Rossen y su "combo" de abogados siempre demoraron los pagos reclamados por el personal jubilado, que trabajó sin merecer privilegios especiales y esto hizo que por fín, el propio Presidente Chávez se pronunciara en repetidas ocasiones. Quienes apoyamos la causa Bolivariana, estábamos preocupados pensando que se amenazaba y nada más ocurriría. Felizmente, nos equivocamos y no lo lamentamos.

Ahora, cuando Venezuela recupere lo que nunca debió perder, el Estado no deberá permitir más el abominable clientelismo político, la absurda plantilla "gerencial" formada en los "laboratorios" de la extinta GTE, el surgimiento de nuevas "roscas" de privilegiados graduados en la "Universidad Simón Bolívar" y, en fin todos esos entuertos que costaron empleos y hasta vidas. Estos son los mayores retos en la nueva etapa que se avecina.

Nacionalismo, que todo queda.

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